¿Éramos una voz a gritos o realmente ignorábamos que nos asesinaban?

 Era una mañana alrededor de las 6:25 e iba corriendo con mi prima a tomar una buseta para poder llegar al colegio. Tenía 16 años y la única prioridad era estudiar, llegar temprano y aprobar todas las pruebas de ese día.

Recuerdo claramente en el momento en el que me monté y se me hicieron los 20 minutos más largos de mi vida. ¿Por qué?, porque era una Marianni vulnerable que la estaban intentando tocar.

Recuerdo que llevaba un mono gigante, una chaqueta que me tapaba toda porque iba a Educación física y aun así intentaban bajarme el pantalón en la buseta. Intentaba separarme, y subir un poco más las escaleras pero nada era suficiente.

Baje de la buseta a las 6:45 am, con las piernas temblorosas y mi prima comentándome “¿paso algo?”, y mi único augurio fue “nada”, más pálida y fría que de costumbre.

Te lo cuento porque puedo, porque aún camino entre las calles, porque me dio miedo seguir montándome tan temprano en la buseta. Te lo cuento por todas las mujeres no pudieron hacerlo.

En este mes de la mujer alzó mi voz por todos los femicidios que suceden en el país, porque según los índices cada 33 horas muere una mujer en Venezuela. Te lo cuento porque estamos tan ocupadas tratando de sobrevivir a un país en crisis, que ignoramos el hecho de que hay un montón de hombres poco educados buscando irrespetarnos.

Hoy te habló la Marianni de 16 años, más vulnerable que nunca, afirmándote que todas las noticias que estás viendo actualmente de mujeres asesinadas vienen siendo voz desde hace años, solo que ignorábamos ese hecho.

Me uno al #NiUnMenos porque afortunadamente tú y yo seguimos regresando a casa. Cuídate.



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